Jose A. Morales interpreta a José A. Morales
RCA Victor LPC-516
En la figura, ya consagrada por aclamación popular, de José Alejandro Morales, se prolongan las más fabulosas personalidades de la música colombiana del interior. Morales trajo en su tiple, desde su nativo Socorro, en el Santander de las gestas civiles y guerreras más impresionantes de la historia patria, bambucos de nuevo cuño, con palabras distintas, con melodías excitantes que reflejaban las mañanas, las tardes y las noches de los vetustos poblados a los cuales se llega, en vez de por antiguos e incómodos caminos de herradura, por vias carreteables, asfaltadas y limpias, Los bambucos, pasillos y valses de Morales, con el espíritu y la emoción de las tonadas centenaristas, de Wills, de Morales Pino y de Calvo, tienen traje nuevo cortado sobre moldes modernos Son hechos para cantarse en estos tiempos. Tenían pues razones de sobra para incorporarse a la antología de la canción nacional. Y en poco tiempo comenzaron a figurar en los repertorios de los intérpretes más célebres, a lucir en las audiciones de radio más importantes; a tomar asiento en las fiestas familiares en donde se rinde culto a lo propio; visitar las ventanas enrejadas en noches de serenata, amorosos y dulces. Y están, igual de tranquilos, con la misma comodidad, departiendo en la fonda evocadora, entre dados y aguardiente, que en los oídos de la niña quinceañera. O en las reuniones sociales donde la señorita "cocacola" ensaya el piano venerable. O en los actos públicos de las escuelas primarias. "Pueblito Viejo", "Campesina Santandereana", "Doña Rosario", son canciones de hoy, de, estos días, de hace pocos años. Y parece, sin embargo, que hubieran estado siempre en el adorable catálogo de la canción nacional, junto a "Cuatro Preguntas", a "Rio Que Pasas Llorando" o al inefable "Antioqueñita". Morales, José Alejandro Morales, periodista y escritor distinguidísimo, Jefe de Relaciones Públicas de Sonolux, en Bogotá. Amigo incomparable, dicharachero, solterísimo y enamorado de lo propio, es en estos días, lo que, en su momento, significaron en el ambiente bohemio y musical de la tierra, Jorge Añez y Pelón Santamarta, por ejemplo. Y vayan créditos materiales que se agregan a los muchísimos más importantes de carácter moral que ostenta este artista ilustre. El gobierno de su provincia santandereana lo condecoró con la medalla del mérito artístico. El Socorro con placa de oro, como hijo ilustre de esa municipalidad. El Club Unión de Bucaramanga lo hace socio honorario y le concede una placa de oro. El Club Santandereano de Bogotá, escenario de noches fabulosas animadas por su tiple y sus canciones, lo condecoran por su labor nacionalista. En el Festival de la Guabina, de Velez, obtiene medalla especial. Lo hace miembro la Orden de El Arriero, de Medellín, con el grado de caballero. Lo distinguen con sendas proposiciones, los cabildos de Santander y la Asamblea de su Departamento. Un bambuco de su inspiración, "Grancolombiano", ganó el concurso abierto por la Flota Mercante Grancolombiana. El Festival de la canción criolla en ViIlavicencio, concede primer premio a su bambuco, ''Ayer me echaron del Pueblo". Y "El Cantar del Chicamocha", también de su cosecha obtiene el premio principal en el concurso musical Luis María Carvajal. Tiene compuestas más de 300 obras. Ha publicado dos álbumes de partituras para piano con 60 de las más populares. Y diariamente se ocupan de él los más importantes columnistas de la prensa colombiana. Aunque como intérprete de sus canciones, José A. Morales es bién conocido en los círculos de sus amigos, es apenas ahora cuando se decide a hacerlo en forma profesional, y en un disco que tiene el mérito, además, de estar acompañado por una de las más notables personalidades del ambiente musical colombiano: el guitarrista Gentil Montaña.
Llegar hasta la voz y el estilo de este incomparable creador es volver a vivir la emoción de un encuentro con el paisaje, con las tonadas y con las cosas que identifican a la patria.
Es pedir un canto campesino, bajo la luz de la luna, en el corredor amable de la fondita lejana. Es compartir, con la mujer amada, el cariñoso momento que se queda tatuado en la mente, de un rato de soledad, junto a los cafetos cordiales. Es asistir a la intimidad de las canciones queridas. Y dejar que ellas nos digan, con la voz de quien las hizo, las siempre amigas palabras que hicimos nuestras alguna vez.
Hernán Restrepo D.
RCA Victor LPC-516
En la figura, ya consagrada por aclamación popular, de José Alejandro Morales, se prolongan las más fabulosas personalidades de la música colombiana del interior. Morales trajo en su tiple, desde su nativo Socorro, en el Santander de las gestas civiles y guerreras más impresionantes de la historia patria, bambucos de nuevo cuño, con palabras distintas, con melodías excitantes que reflejaban las mañanas, las tardes y las noches de los vetustos poblados a los cuales se llega, en vez de por antiguos e incómodos caminos de herradura, por vias carreteables, asfaltadas y limpias, Los bambucos, pasillos y valses de Morales, con el espíritu y la emoción de las tonadas centenaristas, de Wills, de Morales Pino y de Calvo, tienen traje nuevo cortado sobre moldes modernos Son hechos para cantarse en estos tiempos. Tenían pues razones de sobra para incorporarse a la antología de la canción nacional. Y en poco tiempo comenzaron a figurar en los repertorios de los intérpretes más célebres, a lucir en las audiciones de radio más importantes; a tomar asiento en las fiestas familiares en donde se rinde culto a lo propio; visitar las ventanas enrejadas en noches de serenata, amorosos y dulces. Y están, igual de tranquilos, con la misma comodidad, departiendo en la fonda evocadora, entre dados y aguardiente, que en los oídos de la niña quinceañera. O en las reuniones sociales donde la señorita "cocacola" ensaya el piano venerable. O en los actos públicos de las escuelas primarias. "Pueblito Viejo", "Campesina Santandereana", "Doña Rosario", son canciones de hoy, de, estos días, de hace pocos años. Y parece, sin embargo, que hubieran estado siempre en el adorable catálogo de la canción nacional, junto a "Cuatro Preguntas", a "Rio Que Pasas Llorando" o al inefable "Antioqueñita". Morales, José Alejandro Morales, periodista y escritor distinguidísimo, Jefe de Relaciones Públicas de Sonolux, en Bogotá. Amigo incomparable, dicharachero, solterísimo y enamorado de lo propio, es en estos días, lo que, en su momento, significaron en el ambiente bohemio y musical de la tierra, Jorge Añez y Pelón Santamarta, por ejemplo. Y vayan créditos materiales que se agregan a los muchísimos más importantes de carácter moral que ostenta este artista ilustre. El gobierno de su provincia santandereana lo condecoró con la medalla del mérito artístico. El Socorro con placa de oro, como hijo ilustre de esa municipalidad. El Club Unión de Bucaramanga lo hace socio honorario y le concede una placa de oro. El Club Santandereano de Bogotá, escenario de noches fabulosas animadas por su tiple y sus canciones, lo condecoran por su labor nacionalista. En el Festival de la Guabina, de Velez, obtiene medalla especial. Lo hace miembro la Orden de El Arriero, de Medellín, con el grado de caballero. Lo distinguen con sendas proposiciones, los cabildos de Santander y la Asamblea de su Departamento. Un bambuco de su inspiración, "Grancolombiano", ganó el concurso abierto por la Flota Mercante Grancolombiana. El Festival de la canción criolla en ViIlavicencio, concede primer premio a su bambuco, ''Ayer me echaron del Pueblo". Y "El Cantar del Chicamocha", también de su cosecha obtiene el premio principal en el concurso musical Luis María Carvajal. Tiene compuestas más de 300 obras. Ha publicado dos álbumes de partituras para piano con 60 de las más populares. Y diariamente se ocupan de él los más importantes columnistas de la prensa colombiana. Aunque como intérprete de sus canciones, José A. Morales es bién conocido en los círculos de sus amigos, es apenas ahora cuando se decide a hacerlo en forma profesional, y en un disco que tiene el mérito, además, de estar acompañado por una de las más notables personalidades del ambiente musical colombiano: el guitarrista Gentil Montaña.
Llegar hasta la voz y el estilo de este incomparable creador es volver a vivir la emoción de un encuentro con el paisaje, con las tonadas y con las cosas que identifican a la patria.
Es pedir un canto campesino, bajo la luz de la luna, en el corredor amable de la fondita lejana. Es compartir, con la mujer amada, el cariñoso momento que se queda tatuado en la mente, de un rato de soledad, junto a los cafetos cordiales. Es asistir a la intimidad de las canciones queridas. Y dejar que ellas nos digan, con la voz de quien las hizo, las siempre amigas palabras que hicimos nuestras alguna vez.
Hernán Restrepo D.
Jose A. Morales interpreta a José A. Morales
RCA VIctor LPC-516
01. Pueblito viejo
02. Soberbia
03. Prefiero no verte
04. Campesina santandereana
05. Doña Rosario
06. Contigo se fueron
07. Que fue lo que pasó
08. Así es la vida
09. Estaba escrito
10. Mujer de mi vida
11. Así tenía que ser
12. Si tu me quisieras
13. Campanitas Parroquiales
14. Socorrito
15. Que fácil fué olvidarte
16. Tu juramento
17. Hiedra de Amor
18. Perdón y Olvido
19. Así eres tú
20. Mi pobre amor
21. Mala mujer
22. Te vas
23. Cuando llegan las tardes
24. No vuelvas a llorar
25. Amistad
26. Chinita de campo
Músicos:
Jose Alejandro Morales: voz
Gentil Montaña: guitarra
http://www.mediafire.com/?d88o8y1a1izv68d
de http://musicasdecolombia.blogspot.com
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