Grabación del programa Latitud Nativa de Amancio Varela en LR3 Radio Belgrano el 6 de Diciembre de 1979
Alfredo Amancio Varela nació en Urdampilleta. Los Varela fueron una
de las primeras familias pobladoras del Partido de Bolívar, en tiempos
de trenes fuertes que traían pasajeros hacia las nuevas tierras donde
forjarían su vida. Provenían de Lobos. Aquí se vincularon con los
urdampilletenses Mariscal, por aquél tiempo, propietarios del criadero
de cerdos ubicado en la plaza del pueblo. De la unión de ambas familias
crece Amancio Varela.
Amancio fue "un conocido poeta gauchesco, muy nostalgioso de lo telúrico de esta zona", recuerda su amigo Osvaldo Navarro.
Varela trabajó en la estancia de los Zuberbuhler, en Pirovano, y luego emigró a Buenos Aires, en donde desempeñó tareas en varios diarios de allí, como Crónica y Crítica, hasta terminar sus días trabajando en Radio Nacional.
A la par de esta labor en medios, Amancio escribió varios libros y obras, siempre haciendo foco en la temática gauchesca.
"Yo tuve la fortuna de ser su amigo. En una oportunidad, en una de las últimas veces en que nos juntamos, le regalé un mural, que todavía está en la Delegación municipal de la localidad de Urdampilleta. Él venía a visitar a su ahijada, Mónica Calderón Gramajo, y nos solíamos encontrar allí, o también nos juntábamos en casa con él y con Abel Zabala, otro escritor", evocó Navarro.
El poeta y escritor lamentó que Varela "jamás fue convocado por ningún gobierno para dar charlas o aportar su experiencia y su saber. Él estaba dispuesto, pero no lo tenían en cuenta. Muchas veces las Direcciones de Cultura sirven más para organizar entretenimientos que para conducir la cultura, que es ingobernable", afirmó su amigo.
La intención de Navarro con estas líneas es "revitalizar la figura de Amancio", que los bolivarenses "vayamos incorporándolo entre nuestros mejores recuerdos". Un hombre "de una gran ética, de un perfil bajo, muy trabajador y respetuoso de sus amigos y de su gente".
Descargar
(de las cintas de Miguel Nowacke)
Amancio fue "un conocido poeta gauchesco, muy nostalgioso de lo telúrico de esta zona", recuerda su amigo Osvaldo Navarro.
Varela trabajó en la estancia de los Zuberbuhler, en Pirovano, y luego emigró a Buenos Aires, en donde desempeñó tareas en varios diarios de allí, como Crónica y Crítica, hasta terminar sus días trabajando en Radio Nacional.
A la par de esta labor en medios, Amancio escribió varios libros y obras, siempre haciendo foco en la temática gauchesca.
"Yo tuve la fortuna de ser su amigo. En una oportunidad, en una de las últimas veces en que nos juntamos, le regalé un mural, que todavía está en la Delegación municipal de la localidad de Urdampilleta. Él venía a visitar a su ahijada, Mónica Calderón Gramajo, y nos solíamos encontrar allí, o también nos juntábamos en casa con él y con Abel Zabala, otro escritor", evocó Navarro.
El poeta y escritor lamentó que Varela "jamás fue convocado por ningún gobierno para dar charlas o aportar su experiencia y su saber. Él estaba dispuesto, pero no lo tenían en cuenta. Muchas veces las Direcciones de Cultura sirven más para organizar entretenimientos que para conducir la cultura, que es ingobernable", afirmó su amigo.
La intención de Navarro con estas líneas es "revitalizar la figura de Amancio", que los bolivarenses "vayamos incorporándolo entre nuestros mejores recuerdos". Un hombre "de una gran ética, de un perfil bajo, muy trabajador y respetuoso de sus amigos y de su gente".
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(de las cintas de Miguel Nowacke)
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