domingo, 21 de diciembre de 2025

Mercedes Sosa - TRAIGO MI PUEBLO EN MI VOZ 1973

 

Mercedes Sosa
TRAIGO MI PUEBLO EN MI VOZ

Mi obstinada tendencia a lo obvio me dicta en estos momentos una sentencia tan original como esta: la condición humana ha sido agraviada desde siempre. Un recuerdo viene en mi ayuda y transforma ese presentimiento en convicción: en el gheto de Varsovia, los jerarcas nazis habían hecho construir un grotesco trono destinado a un anciano judio que se creía rey Las actitudes de este desdichado los divertian mucho.
Es posible que un torturador sea también un individuo muy jocundo, a pesar de que alguien sospechoso de inteligente-haya afirmado que el torturador se denigra todavía más que el torturado; es también posible que un explotador sea un conversador ameno de chisporroteante ingenio y que pase por ser un individuo con sentido del humor. Porque este vocablo sirve para muchas cosas, siempre que se lo use mal: Tan desmesurada es la perversión de las palabras -Magistralmente lo señaló Bertrand Russell- que hasta en las biografías de los tiranos figura la palabra humor, como uno de sus atributos.
Los jerarcas nazis, entonces, son hombres de humor y el explotador todavía más. Poco importa para el caso que Pirandello haya enseñado, hasta el cansancio, que el humor es piedad, comprensión, amor al semejante y que si en nuestro camino se cruza una ancianita desválida vestida como una niña quinceañera no debemos burlarnos, porque tal vez no se trate de una extravagancia, sino de un intento desesperado por retener a su cada día más distante marido. Todo esto viene a cuento porque estoy por afirmar que Mercedes si es un ser humano con sentido del humor. Si se insiste en
sostener que humor es el chiste que provoca la carcajada gorda o la predisposición, tan común por otra parte, para reir hasta de la mayor estupidez, prefiero retirar lo dicho.
Mas si alguien deja de lado la soberbia y la abandona, siquiera unos minutos, en el desván de las cosas inservibles, podemos seguir conversando y hasta es posible que, en algo, lleguemos a un acuerdo. Tal vez, si estamos de suerte, descubramos a esta mujer estupenda a quien todos reconocen como una cantante sensacional
Mercedes ha viajado por el mundo y no es una viajera feliz. Algunos viajan como sus valijas, sin ver nada, otros como turistas, vale decir, viendo solamente lo que quieren ver. Mercedes es una viajera muy peculiar: no disfruta del colorido de una favela, porque insiste en pensar que dentro hay
seres humanas, hijos de esta América desgarrada, que viven y mueren en la más espantosa miseria. Eso la entristece. La tristeza, entonces y la impotencia, tiran en yunta. No la conmueve menos la muerte de un niño brasileño, panameño o uruguayo que la muerte de un chico coprovinciano suyo. Parece estar segura que "la generosidad empieza por casa", pero no menos segura de que esa casa es la América toda.
Y porque no se ha cobijado en ese amplio y cómodo techo que es el escepticismo, vive, palpita y sufre con sus hermanos americanos, pero también lucha ya veces se desespera. Teniéndolo todo, muchas veces descubre que no posee nada. Insisto, Pirandello diria que eso es humor y, por lo que puede verse, no es una carga liviana, como puede serlo una melodia o mejor todavia, una vida fácil. Su arma -ya se sabe- es su voz y no hay indicios de que esté dispuesta a utilizarla en menesteres enanos. Pelea con lo que tiene y todavía no la han vencido. Los agravios, las injusticias y las persecuciones no han conseguido su objetivo: sacarle el alma dejándola viva. Por eso es fuerte y tal vez de alli emane su poderoso influjo sobre las gentes.
Los temas de sus canciones son sociales y casi siempre tristes. Acontece que hablan de la realidad y esa realidad-hay indicios- no tiene mucho de alegre. Con ella, lo ha dicho un individuo de rara lucidez, puede hacerse cualquier cosa, incluso modificarla, pero nunca ignorarla. Mercedes no ha podido y no ha querido ignorar la realidad. Terca, obstinadamente, se empeña en colaborar para modificarla y al verla actuar, al oirla hablar, sentimos deseos de que acontezca algún prodigio. Que los humillados y ofendidos de toda América dejen de serlo, que la paratifoidea sea solamente un mal recuerdo, que la mortalidad infantil algo muy olvidado y que la violencia que se ejerce sobre el ser humano al que se quita su trabajo, sea algo que sucedió hace tiempo y que ahora solamente es rescatada por la leyenda. Que el agravio a la condición humana en suma- fue una constante solamente en épocas que se pierden en la prehistoria.
Ahora se ha encontrado con Vallejos, con Neruda y, por supuesto, con Nicolás Guillén: "la caridad te lo da todo, negro Bembón/de qué te quejas negro Bembón". De eso precisamente, podría respondernos Mercedes, con su estilo tan peculiar de mirar las cosas, la vida y los seres humanos.
Juan Parrotti

Mercedes Sosa
TRAIGO MI PUEBLO EN MI VOZ
PHILIPS 6347125 
1973

01. CUANDO TENGA LA TIERRA - D. Toro, A. Petrocelli - canción
02. A MI HERMANO MIGUEL - C. Ritro, C. Vallejos - canción
03. HERMANO DAME TU MANO - J. Sánchez, J. Sosa - canción
04. ALLA LEJOS Y HACE TIEMPO - A. Ramírez, A. Tejada Gómez - zamba
05. TRIUNFO AGRARIO - C. Isella, A. Tejada Gómez
06. EL ALAZÁN - A. Yupanqui - canción
07. TERCETO AUTÓCTONO - Andrés O. Gallegos, C. Vallejos - Cantata folklórica en tres partes
08. ARANA - Pepe Núñez - chacarera
09. VIDALITA DE LA PAZ - A. Ramírez, Juan L. Ortíz
10. SI UN HIJO QUIEREN DE MI - C. Ritro, L. Castillo - canción


Aporte de Alberto Orozco


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