lunes, 25 de julio de 2016

Kelo Palacios - TIEMPO DE KELO PALACIOS

Kelo Palacios
TIEMPO DE KELO PALACIOS

Kelo Palacios ( Angel Toribio Palacios), San Miguel Tucuman, 5 de Junio de 1932
Hijo de la folklorista Margarita palacios.
Inicio su estudios de guitarra con Felix Dardo palorma, mientras integraba el conjunto de su madre en el cual permaneció 13 años.
Entre 1959 y 1964 integro el grupo Los nativos ( Norberto Pereyra, Jose Tolosa, Oscar Quiroga y Carlos Rivas).
Paralelamente y durante 9 años fue el guitarrista y arreglador de Mercedes Sosa. También acompaño esporádicamente a Amelita Baltar, Mariquena Monti y Susana Rinaldi
En 1973 formo parte del grupo que acompaño a el Gato Barbieri en su gira por Europa, Japón y Latinoamerica
1974, Forma el grupo Inti Trio.
1975, junto a Dino Saluzzi y el Chango farias gomez, forman El Trio.
en 1982 volvió brevemente a trabajar con Mercedes Sosa, ya que fue el arreglador de el LD, "Como un pájaro libre".
Desde 1986 se dedico a la docencia, en la Escuela de música popular de Avellaneda, y de SADAIC
1972 1º Disco de Kelo Palacios, "El Tiempo de Kelo Palacios" acompañado por Domingo Cura, Luis Ferreyra, Enrique Roizner, Oscar Alem, Dino Saluzzi, Hugo Díaz, Eduardo Avila, Eduardo Lagos


Usted sabe que la zoología llama "quelonios" a ciertos reptiles que, entre otras cosas, tienen una caparazón bastante dura y caminan despacio como las tortugas. Nunca le pregunté a Angel Toribio Palacios porque le decimos "Quelo" pero no será seguramente por tener analogías con los quelonios.
He visto pocos tipos menos rígido que él. No existe la dureza en su expresión artística, ya se trate de tocar la guitarra, el bombo, el charango, cantar o bailar. Ni se imagina lo que puede llegar a hacer Kelo zapateando un malambo. Escasos bailarines ha habido con su capacidad para marcar con los pies subdivisiones rítmicas tan sutiles como las que le veíamos en el viejo Achalay-Huasi, cuando lucía Margarita Palacios -su madre, naturalmente- junto a "sus coyas" -o sea, buena parte de sus hijos-, entre ellos un adolescente como Kelo (que de esto han pasado un poco más de quince años, qué barbaridad...) Y es evidente que las tortugas zapatean extremadamente mal, al menos la que tengo en casa.
Tampoco se nota dureza alguna en la concepción mental de Kelo para enfocar el hecho musical, tal como sus dedos lo ratifican. Usa de la técnica en la medida indispensable, si virtuosismos insolentes, pero con la autoridad del que se reconoce solvente, lo que le permite contar con toda la velocidad -cerebral y guitarrística- que a un determinado tema convenga. Tampoco es el caso de los quelonios, absolutamente incapaces ni de final, que digo una guitarra, tan sólo un mandolin.
Usted ve, nada de nada entre Kelo y las tortugas. Salvo que tomáramos en cuenta el hecho de que los quelonios no son exclusivos de la Argentina, así como los Palacios no se originan solamente en Catamarca, como Margarita, ni en Tucumán, como Kelo y su hermana ni en Mendoza o Salta como su hermano y su padre. Hay tortugas aquí y allá, en América y en todo el mundo, en la tierra y en el agua. Tal vez por eso este disco parte de una esencia folclórica Argentina para darse la mano con otras vertientes americana comunes. Las fronteras musicales no son una línea de puntos en el pentagrama, como en los mapas. Y tan esencial es que, en diversas bandas se establece tan sólo una estructura armónica, un esqueleto de acordes, y no largamos a improvisar lo que salga.
Les voy a contagiar un secretito: en la "Siete de Abril" nos ubicamos para ir probando el nivel de los respectivos micrófonos, y tocábamos un poco cada uno, según órdenes del director de grabación. Cuando todo estuvo equilibrado no pidieron que tocáramos una ves el tema entero, a manera de ensayo, sin grabar, para que los técnicos tuvieran una idea completa.
"Primero largo yo, con un homenaje a mamá" -dijo Kelo- " después entrás vos con la Siete de Abril, sigue él, después él, y así toda la primera. Para la segunda, podría quedar Domingo con el bombo en la introducción, y ya veremos quién sigue".
Empezamos. Kelo hizo un emocionado recuerdo de su Madre, en guitarra sola, y me pasó la pelota a mí. Seguimos como nos fue saliendo, a los cabezazos, para darle su entrada al siguiente, levantando las cejas para avisarle que uno terminaba en solo. Por momento hablamos, nombrando al que se derivaba la interpretación.
De pronto, hubo un corte total de luz en la sala de grabación. Como lo considerábamos nada más que una prueba de sonido continuamos en completa oscuridad. Nadie dejó de tocar ni de entusiasmarse. La luz volvió antes del final. Terminamos donde nos pareció y esperamos para, ahora sí, comenzar a grabar.
Pero no. Habían grabado sin saberlo nosotros. Lo escuchamos y decidimos que no valía la pena intentar otra toma. Quizás podría haber salido mejor, pero allí estaba el calor espontáneo que sentimos durante la improvisación y hubiera sido muy difícil superarlo. Quedó.
De modo que sigo sin poder explicarme si la denominación Quelo tiene origen en los quelonios. Creo que no por lo primero razonamientos. Kelo Palacios no tiene una caparazón rígida, ni lentitud de movimientos. Pero comparte una distribución geo-musical no localista, que disfruta mirando su alrededor americanos y universal aquí si como las tortugas.
Al fin y al cabo no importa. Lo único que vale es poder contar desde ahora contar prueba de eficacia (no quiero decir talento porque él me lo va a tachar) como la que Kelo deposita en este disco. Un guitarrista habitualmente considerado "acompañante de primera" hoy puede ser valorado en su cabal dimension de solista. Ya no me interesa averiguar si Kelo tiene algo que ver con los quelonios. No sé si, en todo caso, es de tierra go de agua, pero puedo afirmar con énfasis que dispone para sí de un elemento donde ninguna otra tortuga podría reinar: el aire.
Eduardo Lagos

Nota: desgraciadamente lo supe. A Ángel Toribio Palacios le pusieron Kelo de niño como una deformación fonética de "Angelito" tal vez medialenguado en "Anquelito". Toda mi teoría sobre los quelonios se vino abajo

Músicos que intervinieron en la grabación de este disco
Kelo Palacios, guitarra y arreglos
Domingo Cura, percusión y bombo
Luis A. Ferreyra, flauta
Alberto Avila, quena
"Zurdo" Roizner, percusión y accesorios
Oscar Alem, bajo
Dino Saluzzi, bandoneón
Hugo Díaz, armónica
Eduardo Lagos, piano


Kelo Palacios
TIEMPO DE KELO PALACIOS
RCA CAMDEM CAS-3338
1972

01. FLOR DE LA LEÑA - huaino - Kelo Palacios, armando Tejada Gómez
02. TRISTE DE LA TARDE - milonga -  - Kelo Palacios, armando Tejada Gómez
03. LA ARRIBEÑA - zamba - Atahualpa Yupanqui
04. LA OLVIDADA - chacarera - Hnos. Díaz
05. TRISTE ESTOY - zamba - Margarita Palacios - SIETE DE ABRIL - zamba - Andrés Chazarreta
06. ZAFRERITA JUJEÑA - zamba - Kelo Palacios, Oscar Alem, Oscar Valles
07. VIRGENES DEL SOL - danza incaica - Jorge Bravo de Rueda
08. AY... SOLEDAD - canción - Chacho Müller
09. CRIOLLITA SANTIAGUEÑA - zamba - Andrés Chazarreta
10. CHACARERA DEL TIEMPO - chacarera - Kelo Palacios

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(de Folklore Raíz)

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