Las grabaciones encontradas del Chango Rodríguez
Lejos de toda pompa y circunstancia, hoy se publica Frutos del silencio, el primer disco póstumo del folklorista cordobés Chango Rodríguez, fallecido el 7 de octubre de 1975.
La obra consta de lo que se podría llamar “grabaciones encontradas”; esto es, material grabado por años de modo casero, recuperado por un fino trabajo de edición.
La asistencia documental corrió por cuenta de Claudia Rodríguez Bay, hija del Chango y de “La Gringa” (Lidia Haydeé Margarita Bay, musa de Luna cautiva). Ella dispuso el grabador de cinta abierta Marconi, donde el Chango registró canciones entre 1960 y 1970 con la sola utilización de un micrófono de carbón, cintas magnetofónicas marca Philips y su guitarra de siempre, adquirida en Antigua Casa Núñez.
“Es un disco que papá no pudo publicar por varias razones. Cuando salió de estar privado de la libertad, quería editarlo pero no pudo. Había pensado el mismo título. Esta idea germinó en casa y junto a mi esposo, Fernando Sánchez, también director del museo virtual itinerante (www.changorodriguez.com.ar). Fernando pudo lograr rescatar el material, lo limpió, lo ecualizó. Durante un tiempo buscamos algún sello editor y finalmente lo encontramos”, cuenta Claudia, en alusión a la etiqueta independiente Utopía.
Más allá de su incalculable valor testimonial, Frutos del silencio tiene el peso de un homenaje. Claudia Rodríguez Bay: “Al disco lo queríamos sacar con mi mamá en vida, pero no pudo ser. Ella falleció hace seis meses. Entonces, terminó siendo un homenaje que le hacemos Fernando y yo a los dos; a papá, el creador de todo, y a mamá, que tanto cuidó su legado”.
Frutos del silencio tiene cuatro temas nunca publicados por Chango Rodríguez: el gato Loro cartero, la chacarera Don Nachi, Milonga de acero y el taquirari Nuestra noche, cantado en inglés con algún que otro verso expresado en “aparente” quechua. Y las versiones de los temas conocidos tampoco fueron difundidos anteriormente. A excepción de la zamba Del Clínicas, interpretada a dúo por Chango y “La Gringa”. “Cuando mamá falleció, Rony Vargas la puso en su programa en un sentido homenaje. Pero fue la única vez que se difundió”, precisa Claudia. Y agrega: “Quiero puntualizar eso de que son grabaciones caseras. No intervino ningún editor, ni hay trucos de ninguna índole. Es material en bruto. Un hallazgo que hay que agradecerle al espíritu conservacionista de mi madre”.
Algunos enigmas. En qué momento se hizo cada toma es algo imposible de precisar para los involucrados en el proyecto, aunque descuentan que el disco tiene algunas grabaciones realizadas en el pabellón número 11 de la Penitenciaría de San Martín, donde el Chango Rodríguez cumplió una pena por un homicidio en el marco de “asunto desafortunado”, tal como lo narran las crónicas de época. Entró en 1963 y salió cuatro años después. Acaso el título Frutos del silencio tenga que ver con el hecho de crear en la soledad de una celda.
Otros detalles de la edición: el sobre interno reproduce pentagrama y manuscrito originales de Luna cautiva, una foto del Chango y “La Gringa” en la cárcel y otra del premio póstumo Jerónimo Luis de Cabrera, que le entregó a La Gringa el ex intendente Luis Juez. Frutos del silencio también propone un track audiovisual. “Es una película rescatada de un súper 8, que mi esposo supo encontrar”, cuenta Claudia. “Gracias a la gente de la facultad de Cine de la UNC pudimos rescatar ese material. Digitalizamos la película del súper 8; podríamos haberla pixelado, pero elegimos dejarla como está”, revela Jorge Nadim Jodor, el compaginador del arte del disco, quien también trabajó sobre una entrevista en blanco y negra oportunamente cedida por Canal 10. “La nota fue realizada al poco tiempo de que Chango recuperó la libertad. Cuenta con una interpretación conmovedora de Luna cautiva. Intenté averiguar el nombre del entrevistador, pero me resultó imposible”, cierra Nadim Jodor. En lo estrictamente musical, Frutos del silencio es un documento categórico de la precisión interpretativa de Chango Rodríguez y de su vuelo compositivo. La obra da cuenta de la labor de un espía costumbrista con lírica precisa, y de un guitarrista formidable. Lo que se oye, es lo que se tocó.
Chango Rodríguez
Lejos de toda pompa y circunstancia, hoy se publica Frutos del silencio, el primer disco póstumo del folklorista cordobés Chango Rodríguez, fallecido el 7 de octubre de 1975.
La obra consta de lo que se podría llamar “grabaciones encontradas”; esto es, material grabado por años de modo casero, recuperado por un fino trabajo de edición.
La asistencia documental corrió por cuenta de Claudia Rodríguez Bay, hija del Chango y de “La Gringa” (Lidia Haydeé Margarita Bay, musa de Luna cautiva). Ella dispuso el grabador de cinta abierta Marconi, donde el Chango registró canciones entre 1960 y 1970 con la sola utilización de un micrófono de carbón, cintas magnetofónicas marca Philips y su guitarra de siempre, adquirida en Antigua Casa Núñez.
“Es un disco que papá no pudo publicar por varias razones. Cuando salió de estar privado de la libertad, quería editarlo pero no pudo. Había pensado el mismo título. Esta idea germinó en casa y junto a mi esposo, Fernando Sánchez, también director del museo virtual itinerante (www.changorodriguez.com.ar). Fernando pudo lograr rescatar el material, lo limpió, lo ecualizó. Durante un tiempo buscamos algún sello editor y finalmente lo encontramos”, cuenta Claudia, en alusión a la etiqueta independiente Utopía.
Más allá de su incalculable valor testimonial, Frutos del silencio tiene el peso de un homenaje. Claudia Rodríguez Bay: “Al disco lo queríamos sacar con mi mamá en vida, pero no pudo ser. Ella falleció hace seis meses. Entonces, terminó siendo un homenaje que le hacemos Fernando y yo a los dos; a papá, el creador de todo, y a mamá, que tanto cuidó su legado”.
Frutos del silencio tiene cuatro temas nunca publicados por Chango Rodríguez: el gato Loro cartero, la chacarera Don Nachi, Milonga de acero y el taquirari Nuestra noche, cantado en inglés con algún que otro verso expresado en “aparente” quechua. Y las versiones de los temas conocidos tampoco fueron difundidos anteriormente. A excepción de la zamba Del Clínicas, interpretada a dúo por Chango y “La Gringa”. “Cuando mamá falleció, Rony Vargas la puso en su programa en un sentido homenaje. Pero fue la única vez que se difundió”, precisa Claudia. Y agrega: “Quiero puntualizar eso de que son grabaciones caseras. No intervino ningún editor, ni hay trucos de ninguna índole. Es material en bruto. Un hallazgo que hay que agradecerle al espíritu conservacionista de mi madre”.
Algunos enigmas. En qué momento se hizo cada toma es algo imposible de precisar para los involucrados en el proyecto, aunque descuentan que el disco tiene algunas grabaciones realizadas en el pabellón número 11 de la Penitenciaría de San Martín, donde el Chango Rodríguez cumplió una pena por un homicidio en el marco de “asunto desafortunado”, tal como lo narran las crónicas de época. Entró en 1963 y salió cuatro años después. Acaso el título Frutos del silencio tenga que ver con el hecho de crear en la soledad de una celda.
Otros detalles de la edición: el sobre interno reproduce pentagrama y manuscrito originales de Luna cautiva, una foto del Chango y “La Gringa” en la cárcel y otra del premio póstumo Jerónimo Luis de Cabrera, que le entregó a La Gringa el ex intendente Luis Juez. Frutos del silencio también propone un track audiovisual. “Es una película rescatada de un súper 8, que mi esposo supo encontrar”, cuenta Claudia. “Gracias a la gente de la facultad de Cine de la UNC pudimos rescatar ese material. Digitalizamos la película del súper 8; podríamos haberla pixelado, pero elegimos dejarla como está”, revela Jorge Nadim Jodor, el compaginador del arte del disco, quien también trabajó sobre una entrevista en blanco y negra oportunamente cedida por Canal 10. “La nota fue realizada al poco tiempo de que Chango recuperó la libertad. Cuenta con una interpretación conmovedora de Luna cautiva. Intenté averiguar el nombre del entrevistador, pero me resultó imposible”, cierra Nadim Jodor. En lo estrictamente musical, Frutos del silencio es un documento categórico de la precisión interpretativa de Chango Rodríguez y de su vuelo compositivo. La obra da cuenta de la labor de un espía costumbrista con lírica precisa, y de un guitarrista formidable. Lo que se oye, es lo que se tocó.
Chango Rodríguez
FRUTOS DEL SILENCIO
01-Luna cautiva-zamba
01-Luna cautiva-zamba
02-Del clinicas-zamba
03-De Alberdi-zamba
04-La taba-zamba
05-A la mar remaba-carnaval
06-La flor del jazmín-vidala
07-Loro cartero-gato
08-Musiquero-takirari
09-El mundial-gato
10-Ojo del pirata-takirari
11-Don Nachi-chacarera
12-Milonga de Areco-milonga
13-Volviendo-chacarera
14-Algarrobo de los viejos carnavales-carnaval
15-Canción bendita-canción
16-Nuestra noche-takirari
Tomado de
y enviado por Alejandro Dizeo
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