Santiago Gómez Cou Con El Cuarteto "Guardia Vieja"
LA CRENCHA ENGRASADA
Imponente mole física: lacio pelo caído sobre la trente; fijo mirar autoritario aunque asomara a los ojos una luz permanente de cordialidad; aletas de nariz siempre abiertas como para hacer más hondo su respirar ansioso, ávido de todos los aires y desafiador de todos los vientos: ancha frente: amplias espaldas brazos caidos de pugil en descanso; manoplas anchas y fuertes propicias al apretón amistoso o a la trompada demoledora: andar balanceado, como el de navegante en tierra firme, apoyado en un taconeo inequívoco, algo provocador, que se abria paso parsimoniosamente con la seguridad en sus rebosantes fuerzas que unas veces calentaba a manera de advertencia y otras disimulaba a modo de reserva, de precaución.. - Justificaba asi, fisicamente, su apodo de El Malevo, cuyo nombre era Carlos Muñoz y su seudónimo Carlos de la Púa - A pesar de su patronímico de indiscutible estirpe hispánica, se ufanaba de su ascendencia tipicamente criolla - Repetia con mucha frecuencia:
-Desciendo de varias generaciones de argentinos.
Su seudónimo provenía de sus tiempos de servicio militar cuando, aprendiz de periodista, envió, desde los cuarteles, a un difundido diario metropolitano, crónicas -crónicas de un conscripto- en las que ya apuntaba su rebeldía Y - muy particularmente, su estile tajante, pintoresco, matizado de expresiones populares.
También de otra manera, menos objetiva, podría ser definido: un caudal de emoción a barbotones: de inteligencia siempre en acción, de alerta permanente para la nota periodística o para el tema poético-actividades (periodismo y poesía) que cultivo inconfundiblemente, - para la gracia - que en él fué inagotable - para la amistad - en la que nunca falló - para la vida - que supo exprimirla en toda su maravillosa jocundez, en desplantes de sabad criollo y de sibarita porteño.
Desde el primer momento que nos dimos el inicial apretón de manos, desde que nos conocimos en la memorable redacción de "Crítica" - que ya pertenece a la historia del periodismo argentino - El Malevo y yo fuimos definitivamente amigos, amigos para siempre, hermanados después en noches, en sueños y en andanzas, cuyos recuerdos pueden configurar un libro curioso, singular, testimonio vivo de una época, de una generación, libro que estoy en visperas de escribir.
Durante años fuimos cotidianamente inseparables, a partir de las primeras copas empinadas en bares estañeros de familiares esquinas porteñas, a media tarde, hasta la frecuentación de los espectáculos, ya teatrales, ya cinematográficos que presenciábamos juntos en cumplimiento de nuestra tarea perio- distica, para después, compartir - en escritorios contiquos, la labor común de la redacción y luego, incursionar en los dancings nocturnes, participar con otros noctambulos, en las madrugadas, el puchero infaltable, bien regado, en larges y verbosas sobremesas, antes de enfrentarnos con la desafiadora luz del dia, rumbo a nuestras, por lo general, ocasionales residencias.
Nuestro viaje a Estados Unides como adelantados del periodismo argentino a la vida tumultuaria del gran país del Norte, fueron etapas de un itinerario alucinante además de un ejemplo vivo de leal amistad y fraterno compañerismo - Batimos un record periodístico con las notas destinadas a los 600.000 lectores de las cuatro ediciones diarios de "Crítica" - Y fue la nuestra una sucesión de episodios, algunos dignos de Murger, por su vivencial bohemio, otros de Aretino y de Bocaccio, por su pecaminosidad y picaresca, otros dignos de Casanova y de Don Juan, por todo lo que tuvieron de aventura y de amor - Y tan vinculado estuvo El Malevo a mi afecto, a mis recuerdos, que lo convertí en protagonista de mis disertaciones, de las muchas que efrecí en rutas de América, en amplios periplos continentales - Y así difundí su figura, su personalidad periodística, su calidad de poeta, su pintorequismo personal, y, sobre todo, su espíritu de muchachón grandote, de compañero sín par.
Bien que quisiera ahora tener un mano a mano con él - De haberle "gambeteado él a la Parca" estariamos - seguro estoy - noche a noche, en algún pirigundin, en alguna cantina, dandole a "la sin hueso", sonriende al recuerdo de nuestra llegado a la ciudad de los rascacielos, de nuestras entrevistas con Henry Hoover, Henry Ford, Edison, Rockefeller, de nuestras visitas a Jack Dempsey a Paul Whitmann; evocariamos el el lange que bailames con Dulo res del Rio a a nuestra veinteañera edad: la llegada del Graf Zeppelin a Nueva York después de su primera travesía atlántica y el partido finalista de polo entre argentinos y yanquis por el campeonato mundial, recordariamos la época de "la ley seca" vivida en los Estados Unidos que fué bastante "húmeda" para nosotros, el naufragio del "Vestris" y el álbum que llevábamos para entregar en propias manos a Charles Spencer Chaplin, cludadano del mundo indiscutido.
La serie de recuerdos podria ampliarse al de nuestra noche en la isla de Barbados y al de nuestras noches de Buenos Aires, en La Terraza, en El Tropezón, en "Los Inmortales", en la cortada de Carabelas, en "El Puchero misterioso", éste último asÍ bautizado por Enrique González Tuñón porque el suculento y bien despachado plato que nos servían costaba menos de un peso, incluido pan, vino y servilleta - Y entre recuerdos y anécdota, entre sorbo de cafe y pitada de cigarrillo, El Malevo de seguro volvería a recitar por enésima vez su "Barrio Once", e invitariamos a Raúl Gonzáles Tuñón a que nos repitiera" "Eche veinte centavos en la ranura si quiere ver la vida color de rosa..."
Actualizo la dedicatoria de El Malevo en una de las ediciones de "La crencha engrasada": "A Jorge Luis Borges, a Nicolés Olivari, a Raúl González Tuñón, rivales en mi amor por Buenos Aires" - Parafraseo ahora: a los que lo conocieron, a los que lo recuerdan con emoción renovada, rivales en mi fraterna amistad con Carlos de la Púa, entrañable inolvidable Malevo Muñóz
Precisamente, juego de un estudio realizado a conciencia, BGM Industrias del disco S - A - ha considerado que nadie mejor que el primer actor SANTIAGO GÓMEZ COU - con el acompañamiento musical del Cuarteto Guardia Vieja, para Interpretar según su ciencia y conciencia, el alegórico espíritu del "malevo Muñóz" - En ellos hemos depositado nuestra plena confianza - Ustedes juzgarán.
ROBERTO A - TALICE
Santiago Gómez Cou Con El Cuarteto "Guardia Vieja"
LA CRENCHA ENGRASADA
POEMAS LUNFARDOS DE CARLOS DE LA PÚA
BGM 10001
1965
01. CACHO DE RECUERDO - Fondo Musical El caburé
02. BARRIO ONCE - Fondo Musical El Once
03. BARRACAS - Fondo Musical Silbando
04. PUENTE ALSINA - Fondo Musical Puente Alsina
05. BAJO BELGRANO - Fondo Musical Leguizamo solo
06. LOS BUEYES - Fondo Musical Canzoneta
07. DON JUAN - Fondo Musical Don Juan
08. EL ENTRERRIANO - Fondo Musical El Entrerriano
09. TANGO VIEJO - Fondo Musical La Cachila
10. EL CHOCLO - Fondo Musical El Choclo
11. EL CACHAFAZ - Fondo Musical El cachafaz
12. FABRIQUERA - Fondo Musical Milonguita
13. SOR BACANA
14. LA MALEVA - Fondo Musical La maleva
15. CORTADAS DE CARABELAS - Fondo Musical Milonga del 900 - Canta: Néstor Tinelli
Aporte de Alberto Orozco
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