martes, 18 de junio de 2019

Alfredo Domínguez


Alfredo Domínguez

La cordillera andina vió nacer un 9 de julio de 1938 a otro de esos grandes renacentistas de nuestra era que, por desgracia de haber nacido en una época "equivocada", hoy día no gozan del reconocimiento que merecen, estamos hablando de Alfredo Domínguez Romero, el gran guitarrista y cantautor originario de Tupiza, Bolivia.
Alfredo nace en una familia muy humilde, su madre, Eleuteria Romero, se dedicaba a vender helados caseros en Tupiza y su hijo lo ayudaba, era prácticamente su única fuente de ingresos. Alfredo era hijo único por parte de padre, pero de madre tenía un hermanastro llamado Ricardo Guevara Romero.
Siendo un niño de 13 años, nuestro Alfredo agarra por primera vez una guitarra a escondidas de su padre Cesáreo, a quien no le gustaban los músicos, abandona la escuela y marcha a Argentina a ganarse el pan tocando su instrumento. También hace sus pinitos como zafrero, e incluso trabajó en el Circo Panamericano cuidando a un mono.
Tras un tiempo volvería a Bolivia para ser futbolista, su puesto era de arquero, también impartió clases de pintura e ingresó en el grupo de teatro Nuevos Horizontes, dirigido por Líber Fonti, quien en una ocasión le espetó: “Puede haber miles de futbolistas, pero el único guitarrista puedes ser vos”.
Domínguez no sólo impresionó a los críticos de la época por la innovadora forma de interpretar la guitarra, sino por la fresca manera de cantar sus líricas. Fue la cantautora chilena V. Parra quien animó al artista a interpretar sus temas: “Cuando quieras decir algo, dilo, aunque no tengas buena voz”.
A la par de su éxito como músico, en 1967 fue catalogado en Argentina como el mejor solista latinoamericano en el Festival de Folklore de Salta, donde realizó sus primeras exposiciones pictóricas, de las que destaca la colección sobre la Vida, pasión y muerte de Juan Cutipa.
Alfredo ganó el 1º premio de Dibujo del Salón de Artes Plásticas Pedro Domingo Murillo, el multifacético artista organizó junto a los integrantes del grupo Los Jairas y Pepe Ballón la primera peña folklórica del país: Peña Naira.
En los años 70 Alfredo Domínguez emprende su aventura europea y desarrolla su talento en el arte de la Pintura, presentando así diversas exposiciones en Suiza, Alemania o Francia. Participó en la Bienal del Grabado organizada en Roma por el Instituto Italo-latinoamericano.
La actividad cultural en Europa impresionó a Domínguez, quien decidió establecerse en Suiza en 1969, país donde inició sus estudios de grabado y donde le diagnosticaron el mal de Chagas.
El último deseo de Domínguez fue presentar en Bolivia su nueva composición No fabriquen balas, pero no se cumplió. El 28 de enero de 1980, mientras jugaba un partido de fútbol en Ginebra, su corazón dejó de latir. El cuerpo fue repatriado y llevado a su Tupiza natal, donde sus padres, amigos y el pueblo entero lloraron su trágica pérdida.
Un año después de la muerte, la familia del artista fundó en La Paz el Centro Cultural Alfredo Domínguez dirigida por Nelly Cortés, la institución tiene como uno de sus objetivos el difundir la vida y obra del artista considerado en vida, por los críticos europeos, como uno de los 10 mejores guitarristas folklóricos del mundo. Además, el Centro Cultural Alfredo Domínguez desarrolla investigaciones y promociona las danzas tradicionales de Bolivia.

(de MusicaAndina2011)

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