Revisando discos en una librería del centro, encontré el publicado FAMOSOS VALSES CRIOLLOS y en su interior un recorte de diario, crítica discográfica escrita por el recientemente fallecido Eduardo Lagos. Creo que compré el disco, principalmente, por este recorte:
La Prensa, lunes 14 de Junio de 1965
MUSICA POPULAR ARGENTINA
por Eduardo Lagos
Novedades en discos
Horacio Guarany. "Noches de carnaval" (carnaval), del Chango Rodríguez; "Desde siempre" (zamba), de Horacio Guarany. Philips, 83.136-PB, simple, 33 rpm.
Descubrimos en la faz A un nuevo Guanary, capaz de cantar en una meritoria media voz y de expresar, compenetrado del sentido de la letra. Después, a partir de la mitad del tema, el intérprete retorna a su habitual manera de vocalizar y ya no es posible comprender si trata de conquistar a su dama o infundirle pavor. Es lamentable que Guarany no explote en mayor medida esa forma mesurada de cantar, que expone en los primeros 102 compases de "Noches de carnaval", pues demuestra tener sobrada capacidad para ello; quizá así no precisara incitar al aplauso sobre la base de un potente volumen vocal de errática afinación. Estas consideraciones valen para la zamba, en la faz B, con el agravante de que se ha dado libertad a la desaforada pirotecnia de un bombo que, al olvidar su misión de acompañamiento y base rítmica, trata de invadir la zamba creyendo estar frente al tiempo festivo y ágil de la más alegre de las chacareras.
Leopoldo Federico y su orquesta típica. Canta Roberto Ayala. "Farolito de papel" (tango), de Lespe y Garcia Jiménez; "Malena" (tango), de Lucio Demare y Homero Manzi. CBS, 321.364, simple, 33 rpm.
En este disco se presenta el nuevo cantor de Federico, recientemente "descubierto" por el director en una cantina de Palermo.
Roberto Ayala aporta al tango su juventud y una auténtica voz de hombre, aunque sin personalidad todavía tan definida como para empalidecer las versiones antológicas que de "Malena" y "Farolito de papel" registraron Fiorentino y Marino. Su voz, más generosa en el registro medio, tiene todos las elementos necesarios como para imponerse en el gusto popular. Debemos esperar nuevas pruebas de su labor para ampliar nuestro juicio. Leopoldo Federico apoya muy bien, con arreglos que oscilan entre lo hábilmente planeado y lo convencional.
Los auténticos Trovadores. CBS, 8.520, long play, 33 rpm.
El alejamiento de uno de Las Trovadores del Norte motivó una desagradable y agresiva polémica respecto a la paternidad del conjunto y los derechos para usar ese nombre, que desembarcó en el plano judicial. Nuestra misión no consiste en establecer quién merece heredar la incipiente fama de los primeras "Trovadores", sino analizar los méritos artísticos de unos y otros.
Respecto a los que grabaron este disco, es evidente que mantienen la línea establecida hace años por los iniciadores, con el uso de las voces en apoyo rítmico y la entrada de solistas acompañados por cuarteto. En las pocas oportunidades en que las cinco voces cantan juntas, frecuentemente se escuchan acordes alejados de la lógica armónica, que parecen haber sido puestos en busca de un efecto, de dudoso valor, y no como la natural progresión de una armonía deliberadamente establecida. Lo importante de Los Trovadores es su intención de no adherirse a ejemplos vocales conocidos y tratar de imponer un estilo; para ello deberán no perder de vista la eterna vigencia del ritmo folklórico, elemento intocable sin el cual todo se falsea y diluye. El uso exagerado de la cámara de resonancia, empleada en la mayoría de las grabaciones de música popular, aquí se manifiesta con claridad y obliga a imaginar cómo sonarán personalmente los conjuntos desde un escenario, sin este artificio que tanto disimula defectos y desafinaciones, al par que ofrece una imagen auditiva falsa y distorsionada.
Paradojas
Es difícil que un compositor de temas populares pueda abordar diferentes géneros con la misma seguridad, autenticidad y pareja calidad. Componer letra y música de páginas tan dispares como el slow fax "Humo y alcohol", los boleros "Novelera" y "Cuatro estaciones", la canción española "Mi vinito de Jerez', la cueca "¡Qué mala suerte!", que grabara Hernán Figueroa Reyes, y las litoraleñas "Río, río" y "Ribereña", entre un centenar de otras, configura una trayectoria raramente igualable. Además, si quien las compone canta con espléndida voz, bien matizada y mejor afinada, si domina el piano y la guitarra con recursos nada comunes, debemos convenir que nos encontramos ante una pieza para coleccionistas. Paradójicamente, este cúmulo de reales virtudes constituye el motiva principal para que las radios, grabadoras y televisoras no alisten en sus elencos, junto al mal gusto y la mediocridad, valores sobresalientes y de una seriedad artística tal como la que derrocha Eladia Blázquez.
Volver
Volvieron Astor Piazzolla, Edmundo Rivero y Los Huanca Huá de su fructifera gira por los Estados Unidos. Debutaron en Wáshington el 24 de mayo, el quinteto Piazolla en la Unión Panamericana, y Rivero y Los Huanca Huá en la Universidad de Harvard. Al día siguiente, estos últimos actuaron en la Universidad de Georgetown y por la noche, todos juntos, en la gran fiesta ofrecida en la embajada por el representante diplomático argentino e inspirador de este "Panorama", doctor Norberto Barrenechea. El miércoles 26 subieron al escenario del Philarmonic Hall, la imponente sala de conciertos del Lincoln Center neoyorquino, donde como en ocasiones anteriores fueron ovacionados por el público, incluidos los melómanos exigentes y parte de los 25.000 argentinos que viven en Nueva York y alrededores, y que así tuvieron oportunidad de avivar su nostalgia.
Se despidieron musicalmente el 28, con una presentación habida en el Departamento de Estado, frente a Dean Rusk y otras altas personalidades de aquel pais.
Descubrimos en la faz A un nuevo Guanary, capaz de cantar en una meritoria media voz y de expresar, compenetrado del sentido de la letra. Después, a partir de la mitad del tema, el intérprete retorna a su habitual manera de vocalizar y ya no es posible comprender si trata de conquistar a su dama o infundirle pavor. Es lamentable que Guarany no explote en mayor medida esa forma mesurada de cantar, que expone en los primeros 102 compases de "Noches de carnaval", pues demuestra tener sobrada capacidad para ello; quizá así no precisara incitar al aplauso sobre la base de un potente volumen vocal de errática afinación. Estas consideraciones valen para la zamba, en la faz B, con el agravante de que se ha dado libertad a la desaforada pirotecnia de un bombo que, al olvidar su misión de acompañamiento y base rítmica, trata de invadir la zamba creyendo estar frente al tiempo festivo y ágil de la más alegre de las chacareras.
Leopoldo Federico y su orquesta típica. Canta Roberto Ayala. "Farolito de papel" (tango), de Lespe y Garcia Jiménez; "Malena" (tango), de Lucio Demare y Homero Manzi. CBS, 321.364, simple, 33 rpm.
En este disco se presenta el nuevo cantor de Federico, recientemente "descubierto" por el director en una cantina de Palermo.
Roberto Ayala aporta al tango su juventud y una auténtica voz de hombre, aunque sin personalidad todavía tan definida como para empalidecer las versiones antológicas que de "Malena" y "Farolito de papel" registraron Fiorentino y Marino. Su voz, más generosa en el registro medio, tiene todos las elementos necesarios como para imponerse en el gusto popular. Debemos esperar nuevas pruebas de su labor para ampliar nuestro juicio. Leopoldo Federico apoya muy bien, con arreglos que oscilan entre lo hábilmente planeado y lo convencional.
Los auténticos Trovadores. CBS, 8.520, long play, 33 rpm.
El alejamiento de uno de Las Trovadores del Norte motivó una desagradable y agresiva polémica respecto a la paternidad del conjunto y los derechos para usar ese nombre, que desembarcó en el plano judicial. Nuestra misión no consiste en establecer quién merece heredar la incipiente fama de los primeras "Trovadores", sino analizar los méritos artísticos de unos y otros.
Respecto a los que grabaron este disco, es evidente que mantienen la línea establecida hace años por los iniciadores, con el uso de las voces en apoyo rítmico y la entrada de solistas acompañados por cuarteto. En las pocas oportunidades en que las cinco voces cantan juntas, frecuentemente se escuchan acordes alejados de la lógica armónica, que parecen haber sido puestos en busca de un efecto, de dudoso valor, y no como la natural progresión de una armonía deliberadamente establecida. Lo importante de Los Trovadores es su intención de no adherirse a ejemplos vocales conocidos y tratar de imponer un estilo; para ello deberán no perder de vista la eterna vigencia del ritmo folklórico, elemento intocable sin el cual todo se falsea y diluye. El uso exagerado de la cámara de resonancia, empleada en la mayoría de las grabaciones de música popular, aquí se manifiesta con claridad y obliga a imaginar cómo sonarán personalmente los conjuntos desde un escenario, sin este artificio que tanto disimula defectos y desafinaciones, al par que ofrece una imagen auditiva falsa y distorsionada.
Paradojas
Es difícil que un compositor de temas populares pueda abordar diferentes géneros con la misma seguridad, autenticidad y pareja calidad. Componer letra y música de páginas tan dispares como el slow fax "Humo y alcohol", los boleros "Novelera" y "Cuatro estaciones", la canción española "Mi vinito de Jerez', la cueca "¡Qué mala suerte!", que grabara Hernán Figueroa Reyes, y las litoraleñas "Río, río" y "Ribereña", entre un centenar de otras, configura una trayectoria raramente igualable. Además, si quien las compone canta con espléndida voz, bien matizada y mejor afinada, si domina el piano y la guitarra con recursos nada comunes, debemos convenir que nos encontramos ante una pieza para coleccionistas. Paradójicamente, este cúmulo de reales virtudes constituye el motiva principal para que las radios, grabadoras y televisoras no alisten en sus elencos, junto al mal gusto y la mediocridad, valores sobresalientes y de una seriedad artística tal como la que derrocha Eladia Blázquez.
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Volvieron Astor Piazzolla, Edmundo Rivero y Los Huanca Huá de su fructifera gira por los Estados Unidos. Debutaron en Wáshington el 24 de mayo, el quinteto Piazolla en la Unión Panamericana, y Rivero y Los Huanca Huá en la Universidad de Harvard. Al día siguiente, estos últimos actuaron en la Universidad de Georgetown y por la noche, todos juntos, en la gran fiesta ofrecida en la embajada por el representante diplomático argentino e inspirador de este "Panorama", doctor Norberto Barrenechea. El miércoles 26 subieron al escenario del Philarmonic Hall, la imponente sala de conciertos del Lincoln Center neoyorquino, donde como en ocasiones anteriores fueron ovacionados por el público, incluidos los melómanos exigentes y parte de los 25.000 argentinos que viven en Nueva York y alrededores, y que así tuvieron oportunidad de avivar su nostalgia.
Se despidieron musicalmente el 28, con una presentación habida en el Departamento de Estado, frente a Dean Rusk y otras altas personalidades de aquel pais.
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