Susana Rinaldi
MI VOZ Y MI CIUDAD
Si algo puedo hacer con elemental alegría, con esa alegría que tiene el mismo ropaje que la lluvia, el rocío buen viento, es presentará a Susana Rinaldi en su nuevo rostro de mujer hecha a la medida de la ciudad. Es decir a la medida de su canto, de sus ruidos, de sus fervores, de sus desasosiegos, de sus risas. Porque Susana Rinaldi suena -en medio del estrépito frustrador y mágico de las calles de Buenos Aires- con un acorde nuevo, con un estremecimiento inédito, con un asombro que baile y que grita y que tiene de visceral, de profundo, su extrañados de muchacha que aprendió que la peor de las moderaciónes es la del corazón. Y hoy profundo, por reiterada semántica analítica, tiene doble significación: de lejos y a lo hondo, es decir, doblemente profundo.
Susana Rinaldi puede traernos la niebla el riachuelo con áspera melancolía y la casita de los viejos con singular ternura. Pero puede también dar testimonio por María con la impaciente y fastidiosa intolerancia de su sangre y puede hablarnos de la que nunca tuvo novio en la tristeza de un prójimo real, verdadero.
Es que el tango de Susana Rinaldi es un tango que tiene sabor a esta ciudad que nos instala todo los días en el insomnio, que nos jaquea, que nos invade, que nos arrastra, pero a la que vivimos sujetos y queremos compasión y ansiedad irrefrenables. Esta sorpresiva y a la vez entrañable puerta que este disco abre a la ciudad es, por imperio de la personalidad de la interprete, una puerta abierta a la poesía y al tiempo y a la memoria y a las ausencias y a la nostalgia, naturalmente, como se abre una grieta en la piedra ante el persistente cuchillo de la gota de agua. Porque Susana Rinaldi logra con nuestra música y nuestras contradicciones y nuestras esperanzas más que una forma de comunicación: una forma de comunión. Y comunión con nosotros, sus prójimos, los hombres que le andamos al asfalto porteño y que por andarle nos sabemos trascendentes, mitológicos, justificados.
Oír nuestra voz -soplo y hueso de Susana Rinaldi de por medio- es comenzar a saber que nos sabemos bien.
Arnoldo Liberman
Susana Rinaldi
MI VOZ Y MI CIUDAD
Diapasón DP 99410
01. MARIA - Aníbal Troilo, Cátulo Castillo
02. PEDACITO DE CIELO - Homero Expósito, Francini, Stamponi
03. SOLEDAD - Gardel, LePera
04. MILONGA TRISTE - Piana, Manzi
05. LOS MAREADOS - Cobián, Cadícamo
06. NUNCA TUVO NOVIO - Bardi, Cadícamo
07. NIEBLA DEL RIACHUELO - Cobián, Cadícamo
08. POR LA VUELTA - Tinelli, Cadícamo
09. CRISTAL - Mores, Contursi
10. LA CASITA DE MIS VIEJOS - Cobián, Cadícamo
11. SUR - Aníbal Troilo, Homero Manzi
12. ORGANITO DE LA TARDE - Cátulo Castillo, J. González Castillo
Con acompañamiento de orquesta.
Orquestaciones: Roberto Pansera
Producido por: Daniel Gonzáles
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Aporte de Ariel González y Ernesto Carmona
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