Chacho Santa Cruz
MEMORIAS PA' UNA LEYENDA
Memorias pa' una leyenda
Parecería una frase pronunciada por el formidable Perogrullo, o una invocación a Breton.
Porque, es lógico, lo legendario es lo memorioso.
Así establecidos los límites de la relación habría aquí, cuando menos, un culto a lo obvio. O. como se dice antes, un artístico giro hacia el absurdo o lo irreal.
Inútil proenio: Julio Gutierrez Martín, el poeta que produjera "Entre hombres", aquel hallazgo, conoce hondamente su oficio literario que, en lo criollo, es inevitablemente sicofilosófico: su enunciado, quizás instintivo, vale porque la memoria -pluralizada, derramada entre las gentes- subraya, popular, la suerte de la leyenda, su gloria.
Y no hay aquí un Funes borgiano recordando y recreando labrintos: hay el hombre apelando a un ayer que, sí, retorna nítidamente al hoy de la guitarra simple, con el entorno ético, fiel, de la anécdota algo mítica, siempre mística, eternamente real: la leyenda. Esa parábola, en fin, tan transparentemente radiografiada alguna vez por Canal Feijoo, que enhebra el candor de las salamancas con los escalofríos ingenuos del Lobizón, pasando por las connotaciones incestuosas del Kakuy; una curva prolongada que soslaya la presencia de caperucitas nativas, pero permite la aparición de nuevas circunstancias para enriquecer su patrimonio: un "sucedido", algunos de los que se cuentan en el fogón, tiene posibilidades de ingresar al mundo de la leyenda. Y entonces el paisano lo aprisiona, lo hace romance, lo eterniza entre las brasas. He allí la leyenda en nuestra tierra.
Y todo es ella.
Todo es su viento -que no se puede atar- a partir de la voz pausada, melodiosa, del Chacho: el mate que circula como ella, de boca en boca, el consejo socarrón y paternal, sabiamente gaucho, el orgullo de ser tropero, el paralelo -con el que siempre quedaremos mal parados- entre hombres y perros, la densidad paisajística de la milonga, el parate -un momento, mocito- de otro poema de Martín y una nueva, amarga comparación, para beberla de a poco: la vida es un trago largo.
La vida de hoy, que será la leyenda de mañana, en la medida en que tengamos memoria. Y capacidad de amar para receptar esta guitarra sensual, cordial, nuestra: la que abraza Santa Cruz a lo largo de esta docena de momentos.
Marcelo Simón
Chacho Santa Cruz
MEMORIAS PA' UNA LEYENDA
Microfon I-327
1973
Parecería una frase pronunciada por el formidable Perogrullo, o una invocación a Breton.
Porque, es lógico, lo legendario es lo memorioso.
Así establecidos los límites de la relación habría aquí, cuando menos, un culto a lo obvio. O. como se dice antes, un artístico giro hacia el absurdo o lo irreal.
Inútil proenio: Julio Gutierrez Martín, el poeta que produjera "Entre hombres", aquel hallazgo, conoce hondamente su oficio literario que, en lo criollo, es inevitablemente sicofilosófico: su enunciado, quizás instintivo, vale porque la memoria -pluralizada, derramada entre las gentes- subraya, popular, la suerte de la leyenda, su gloria.
Y no hay aquí un Funes borgiano recordando y recreando labrintos: hay el hombre apelando a un ayer que, sí, retorna nítidamente al hoy de la guitarra simple, con el entorno ético, fiel, de la anécdota algo mítica, siempre mística, eternamente real: la leyenda. Esa parábola, en fin, tan transparentemente radiografiada alguna vez por Canal Feijoo, que enhebra el candor de las salamancas con los escalofríos ingenuos del Lobizón, pasando por las connotaciones incestuosas del Kakuy; una curva prolongada que soslaya la presencia de caperucitas nativas, pero permite la aparición de nuevas circunstancias para enriquecer su patrimonio: un "sucedido", algunos de los que se cuentan en el fogón, tiene posibilidades de ingresar al mundo de la leyenda. Y entonces el paisano lo aprisiona, lo hace romance, lo eterniza entre las brasas. He allí la leyenda en nuestra tierra.
Y todo es ella.
Todo es su viento -que no se puede atar- a partir de la voz pausada, melodiosa, del Chacho: el mate que circula como ella, de boca en boca, el consejo socarrón y paternal, sabiamente gaucho, el orgullo de ser tropero, el paralelo -con el que siempre quedaremos mal parados- entre hombres y perros, la densidad paisajística de la milonga, el parate -un momento, mocito- de otro poema de Martín y una nueva, amarga comparación, para beberla de a poco: la vida es un trago largo.
La vida de hoy, que será la leyenda de mañana, en la medida en que tengamos memoria. Y capacidad de amar para receptar esta guitarra sensual, cordial, nuestra: la que abraza Santa Cruz a lo largo de esta docena de momentos.
Marcelo Simón
Chacho Santa Cruz
MEMORIAS PA' UNA LEYENDA
Microfon I-327
1973
01. MEMORIAS PA' UNA LEYENDA - poema- Julio Gutierrez Martín, Chacho Santa Cruz
02. NADIE PUEDE ATAR EL VIENTO - milonga - Pedro H. Tusioli, Chacho Santa Cruz
03. PA' BIEN TUYO, NOMAS - poema - Julio Gutierrez Martín
04. MATECITO COMPAÑERO - milonga - Carmen Tapia, Chacho Santa Cruz
05. SOY...TROPERO, SEÑOR - poema - Julio Gutierrez Martín, Chacho Santa Cruz
06. HOMBRES Y PERROS - poema - Julio Gutierrez Martín, Chacho Santa Cruz
07. EL TAMBERO - milonga - TomásGogorza, Chacho Santa Cruz
08. UN MOMENTO MOCITO - poema - Julio Gutierrez Martín
09. LA VIDA ES UN TRAGO LARGO - milonga - Chacho Santa Cruz - Osvaldo Requena
10. SIEMPRE PREGUNTA POR VOS - poema - Julio Gutierrez Martín, Chacho Santa Cruz
http://www.mediafire.com/?talya7aaavzo5
Aporte de Maximino Toñanez
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