miércoles, 29 de agosto de 2012

Tarateño Rojas y su conjunto - TARATEÑO ROJAS


Tarateño Rojas y su conjunto

TARATEÑO ROJAS

La dramática contextura de la Puna, su reciedumbre desolada, imponente, de paisaje lunar, imprime su indeleble sello misterioso al panorama humano que lo habita. A veces también se colorea con la alegría triste que es propia de la flor del cactus. La música del Altiplano es así de simple y de profunda; estalla en aullidos de trágico júbilo y brinca en el rasguido del charango, igual que el colorinche agresivo con que el hombre transgrede la solemnidad arisca, áspera de la topografía. Son contrastes abismales que al bajar al llano suavizan en cadencias de hispánica nostalgia, pero sin renegar nunca su espíritu de roca milenaria.
Hombre del silencio, el boliviano es terrible cuando canta; cual si la voz arrancara de la piedra en busca de la distancia planetaria. Pero en lo hondo es dulce para inventar la alegría; es de una conmovedora humanidad ensimismada. Por eso la música popular boliviana es folklore vivo, de real vigencia en el alma secretamente musical del pueblo. Todo contribuye -topografía, clima, raza, idiosincracia y ubicación geográfica- para que la música boliviana mantenga su rara y diferenciada autarquía en el arte sudamericano; aunque su vigorosa personalidad cruce fronteras, como ocurre por ejemplo, en el Norte argentino, donde tienen vigencia muchos de sus ritmos y aún sus instrumentos.
Desde hace 27 años, un artista boliviano de esa inconfundible estirpe reside entre nosotros, difundiendo y creando música del Altiplano: el Tarateño Rojas.
Su nombre se vincula necesariamente a todo intento serio de valoración folklórica indoamericana. Vino a la Argentina en los albores de la década del 40 y vivió en la provincia de San Juan hasta que el célebre terremoto lo confundió entre las caravanas de refugiados que llegaron a Buenos Aires. El joven boliviano era músico; tocaba violín y piano con notable acierto, circunstancia que le abrió rápidamente las puertas del ambiente artístico porteño. Pero "el tarateño" conservaba su secreta fidelidad a un instrumento único en su género y telúricamente boliviano: el charango, caja de resonancia construida con el caparazón del quirquincho.
Buenos Aires fue el trampolín que lo llevó por los caminos del mundo. Como violinista de la orquesta de Francisco Lomuto, viajó a Europa en 1946, quedándose tres años en España, donde hasta llegó a participar en tres películas de Imperio Argentina. Esa experiencia cosmopolita le permitió aquilatar al Tarateño Rojas la validez y la dimensión de la música de su tierra. la nostalgia de la Puna lo impulsó a componer canciones y a profundizar en las posibilidades de los instrumentos típicos: quena, herque, charango. Años más tarde el artista sería consagrado en el
Cuzco, Perú, como el primer charanguista de América.
Cuando regresa nuevamente al Plata, la afinidad selectiva lo lleva a vincularse con el artista que más hizo por difundir y jerarquizar la expresión hispanoamericana en el mundo: Joaquín Pérez Fernández. Integrando esa ya histórica compañía de folklore continental, nacida en Buenos Aires,
el Tarateño Rojas tuvo la oportunidad de llegar con el ritmo picante de su charango puneño, a los públicos más exigentes de Europa. Fueron seis años de triunfo en triunfo por las principales capitales, desde París a Moscú y desde Londres a Estambul, El Cairo, Atenas, Tel Aviv. . .
Después de haber conocido el éxito grande, o quizás por eso mismo, el Tarateño Rojas retornó, conciente a lo más autenticamente popular que vibra en su música. A veces como solista y generalmente integrando su propio conjunto de folklore boliviano-argentino, el artista cumple una consecuente labor de compositor e intérprete. En sus actuaciones por TV suele presentar a sus hijas, "Las Tarateñitas", que en la danza continúan la tradición telúrico-musical de padre. Pero el incansable boliviano, con la fiebre de caminos metida en la sangre, no puede estar mucho tiempo quieto. Este año emprende viaje otra vez rumbo a Francia, Rusia y Japón, integrando un importante conjunto.
RICARDO GARZON

Tarateño Rojas y su conjunto
TARATEÑO ROJAS
D.M. 70251

01. PALMERAS - polca boliviana - G. Rojas
02. COCHABAMBA - taquirari - Tarateño Rojas, Teran
03. CARNAVAL ALEGRE - ritmo de carnaval - Tarateño Rojas
04. CUMBRES DE ILLIMANI - taquirari - Tarateño Rojas, Pelayo Paterson
05. EL SUCU SUCU - sucu sucu - Tarateño Rojas
06. COMO EL VIENTO - carnavalito - Tarateño Rojas, Pelayo Paterson
07. GOLONDRINA VIAJERA - cueca boliviana -Tarateño Rojas
08. LA MUÑA MUÑA - carnavalito - Santos Lipesker, Landrú
09. GUAPURU - ritmo de carnaval -Tarateño Rojas, Jorge Luna
10. SIRVAN CHICHA - carnavalito - Tarateño Rojas
11. ALBRICIAS, ALBRICIAS - motivo navideño - Tarateño Rojas
12. SEÑOR LEVUDO - taquirari - Tarateño Rojas

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