jueves, 31 de mayo de 2012

Los Cantores del Alba - AMANECIENDO CANCIONES - 1962


Los Cantores del Alba
AMANECIENDO CANCIONES

Ya ha quedado un poco distante nuestra primera presentación de "LOS CANTORES DEL ALBA". El conjunto, como era fácil prever, introdujo dentro del vasto y complejo panorama del folklore una nota de singular autenticidad y obtuvo, lógicamente, súbita y definitiva consagración.
Este es, ahora, el tercer "long-play" con nuevas versiones suyas que lanzan las prensas de "MUSIC HALL". La referencia. adquiere obvia significación, ya que responde, con el valor de un testimonio, al creciente interés que se observa entre los amantes de nuestra música para seguir de cerca la fecunda y meritoria labor de los aplaudidos y auténticos intérpretes.
Desde aquella oportunidad en que fueron lanzados al conocimiento público desde esta otra en que prosiguen renovando su contacto con la legión de admiradores que han conquistado, se registran algunas circunstancias reseñables en su trayectoria. Una variante, en efecto, se ha producido en su formación. Es la del reemplazo de Alberto R. González Lobos por Eleodoro
Horacio Aguirre. Con la colaboración de Aguirre la agrupación no solamente mantiene el aporte que le proporcionaba González Lobos, con su voz grave "de sordas resonancias milenarias" -como dijimos una vez-;-, sino que ha ganado un extraordinario instrumentista. Los demás Son los mismos: Gilberto Vaca, el del ritmo hondo y jovial, Tomás Campos, con su trascendente melancolía telúrica, y Javier Pantaleón, de quien afirmamos, con razón, que es algo así como la encarnación de la propia desolación mitológica de la baguala.
El otro hecho que conviene destacar es el de la vigorosa definición que han conferido a su estilo. Recordemos un concepto sobre ellos: "LOS CANTORES DEL ALBA" no se parecen a nadie. Tal vez, ni a ellos mismos. "LOS CANTORES DEL ALBA" son el trasunto de valores que están más allá de los perfiles individualizables, y es por eso que aportan una contribución ciertamente inédita al enriquecimiento de nuestra música autóctona. Paradójicamente, se revelan, por eso mismo, con una personalidad inconfundible. La orientación de esa originalidad se manifiesti1 cada vez más nítidamente. En primer término no se consideran factores meramente hacedores del folklore, sino que gozan de la humildad de ser simplemente sus elementos transvasadores.
Aquí reside, acaso, la gran diferencia entre tantos folkloristas y los verdaderos cultores del floklore. Tal actitud es la que les impide caer en el amaneramiento imitativo o en el formulismo vocalista. No les preocupa la trabazón artificiosamente armónica de las voces, ni las encierran en el esquema simplista que ha permitido obtener resultados a veces espectaculares,
muy al gusto de cierto público, pero en detrimento de la riqueza y la espontaneidad creadora. Sus voces -quejidos, júbilo o arrebato- les salen del alma y echan a andar sueltas, cada una por sus fueron prístinos, con la dominadora libertad de los vientos ariscos o de la clara flecha de los arroyos serranos. El único punto de enlace reside en el sentimiento común por las
cosas de la tierra y en la fresca fraternidad del canto, como un símbolo de la unidad del pueblo. Don y conciencia artísticos trazan una consecuencia: la búsqueda del repertorio. El tema, para "LOS CANTORES DEL ALBA", no debe disminuirse en la jerarquía comercialmente inferior de lo meramente bailable. El objetivo que persiguen es el de comunicar y contagiar la vivaz
entraña de la tradición, y para ello, el lenguaje exclusivo y correcto es el de la leyenda y el relato musical, o sea el de la canción, reducida a sus propios y únicos términos. "LOS CANTORES DEL ALBA" hacen honor, así, a su propio nombre. Son los cantores por antonomasia de un limpio amanecer del arte popular argentino. .
Si la selección de sus versiones siempre se han caracterizado por el buen gusto y la novedad, pocas veces ambas cualidades se suman como en el presente disco. Muchas de las composiciones grabadas, son, efectivamente, inéditas, como la hermosísima "Canción de Cuna", el "Triste para Rosa de Unduavi", el "Canto a Corrientes", la cueca "La Pucareña" y las zambas "Urundel",
"La Atardecida" y "Don Balta". Unas palabras especiales merece sin duda esta última, ya que es la expresión justiciera del mensaje de gratitud que todos los folkloristas le deben a un casi legendario gaucho norteño, don Baltasar Guzmán, que allá en su diminuto rancho, perdido entre los caseríos del Río Juramnento, ha sido y sigue siendo el anónimo y magnífico mecenas de nuestros tradicionalistas. El agradecimiento y el homenaje se condensan en una humorada criolla enternecedoramente humana, que se traduce metafóricamente en una bella ya sencilla aspiración de eternidad, para que las flores "sorban" el corazón de Don Balta.
De Salta, de la encantada y coplera Salta, vinieron un día estos cuatro guitarristas cantores para traernos el acento musical de su paisaje. Desde entonces el corazón argentino se ha ensanchado un poco más con una resonante y trascendente vibración vernácula.
JUAN RIBAS

Los Cantores del Alba
AMANECIENDO CANCIONES
Music Hall 12225
1962

01. LA PUCAREÑA - cueca - Eleodoro Horacio Aguirre
02. LA CASPI CORRAL - zamba - Eduardo Falú, Jaime Dávalos
03. GUAJHOJHO - taquirari - Chango Rodríguez
04. DON BALTA - zamba - Gustavo Leguizamón, Manuel J. Castilla
05. CANCION DE CUNA - canción - Alberto Sauad, Juan C. Bleza
06. URUNDEL - zamba - Máximo Pratgay
07. LA ATARDECIDA - zamba - Eduardo Falú, Manuel J. Castilla
08. CANTO A CORRIENTES - canción - Mauricio Valenzuela, Amelia del Carmen Serrano
09. FLOR DE AMAMBAY - zamba - Alfredo A. Pelaia
10. TRISTE PARA ROSA DE UNDUAVI - triste - Eduardo Falú, César Perdiguero
11. DE SIMOCA - zamba - Chango Rodríguez
12. LUNA DE TARTAGAL - taquirari - Chango Rodríguez

http://www.mediafire.com/?1fcwg7m93kg43

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