RICARDO VILCA
Músico y docente argentino nacido en el pueblo de Humahuaca (provincia de Jujuy) en el año 1953, es para mi, uno de los máximos referentes de la música folklorica de su provincia.
En sus composiciones quedaron grabadas sus vivencias como maestro rural en distintos pueblos de la puna y en sus presentaciones las canciones eran el final de una interesante historia.
Fallecido en junio del 2007 nos ha dejado en cada uno de sus discos editados unas hermosas melodias con otros tantos poemas, los cuales se ajustan a la perfección con la geografia y la sensibilidad de los habitantes de los pueblos del norte argentino.
Les copio este texto escrito por Ana María Lacunza que es una excelente descripción de este gran músico. (el original del mismo lo pueden encontrar en el interior de las dos ediciones de este disco y en la página oficial de Ricardo Vilca)
"Ricardo Vilca es artesano del silencio.
Hace de él una materia viva y hábilmente le da formas transfiriéndole sus emociones.
A partir de allí, el silencio se torna artesanía sonora que crece en el territorio interior del hombre y taladra en su impenetrabilidad.
En amistad con el silencio, Vilca percibe lo que los demás dibujan, pintan, esculpen o, simplemente, cantan.
Tiene traducido el diálogo intenso de la Quebrada de Humahuaca viva en la savia misteriosa de los antigales, con el Sol y con la Luna.
Tiene descubierto el misterio del carnaval que enamora, besa y huye.
Ricardo Vilca sabe cómo volcar el denso, oscuro, mensaje del silencio en los moldes tubulares de los sikus y las quenas. Sabe cómo amplificar la voz de los ocultos antigales y liberarla sobre las cuerdas de guitarras y charangos.
Ricardo ama al silencio.
En su hermandad, evade soledades.
Su música le construye catedrales que preservan al caminante, arriero de esperanzas, al ventero de los labios quebrados, a la llamita, arrogante imilla del puneño que coquetea con el cardón arisco pero también con las estrellas, a las campanas de la Candelaria, a María, la niña que ahora habita el cielo de los ancestros porque un rayo le robó la vida.
Pero hay más en la música de Ricardo Vilca.
Tiene la energía de su raza y los verbos del hijo del Sol que, inmutables, traducen los cardones.
Tiene el rumoreo de antiguas alegrías que vuelven en maíz y carnaval.
Y el canto de los teros. La conquista del keu enamorado, el sonido de las hojas que caen en otoño, la levedad del paso de cuarteadores y danzarines en el misachico de Cangregillos.
Himno de sikuri y zampoñero, elegía de pervive en antigales, la música de Ricardo Vilca es la Quebrada de Humahuaca deshabitada de silencios y la altipampa despojada de espinas.
Es parte de la geografía íntima de Jujuy y la flecha que hiende el aire y no pierde el rumbo porque la mano de una soberbia raza la dispara"
de "cantoymusicadelosandes.blogspot"
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