miércoles, 12 de octubre de 2016

CARLOS DI FULVIO - COPLITAS PARA MI CANTO


Días pasados, en casa de Mario Ponce (mitad museo, mitad salamanca), conversábamos de la sensibilidad que poseen ciertas personas para entender e interpretar costumbres y oficios que son propios de otras pero que, al no tener la virtud de los poetas, lo hacen silenciosamente sin poder encontrar en su vida una sola palabra que defina con belleza el como y el porque de su vocación.
Hablábamos de Jorge Calvetti y en especial, de uno de sus poemas: El Cantor.

El hombre va a cantar / Debe, por eso, preparar su instrumento. / Como una flor pesada, su cabeza se inclina / para escuchar. Y escucha / (mientras digita con presteza) / voces agudas como las de los pájaros, / graves, como el paso del tiempo. / Oye voces que deben acordarse / que una vez (alguna otra vez remotísima o próxima), /como dos que se aman, fueron un solo ser. / Y continúa escarbando / con dedos que parecen / los dientes de un roedor, / las agilísimas uñas del zorro / o de la comadreja, / puesto que es necesario entender / que dicen esas cuerdas tan conversadoras, / cada vez más cerca de su temple, más seguras / de que es así, exactamente así, como se debe / hablar, o reir, o llorar. / Son agudas y graves, pero / se buscan, se persiguen, hasta que al fin / se unen como las bocas de los amantes, / como la mano del que va a morir / con la del ser querido, / como el cielo y la tierra en la distancia, / como el cuerpo y el alma. / “Esto puede ser infinito”, piensa, casi con angustia. / (Todo lo es, en verdad, / si sabemos oír, mirar, tocar). / El hombre ha inclinado, aún más, la cabeza, / escucha, escucha, / hasta que un hilo finísimo, / el silencio, / tenue como la vida, se corta. / Entonces, / llega el canto.

Jorge Calvetti

Es increible el hormigueo que uno siente en la sangre cuando se habla de esta manera, cuando abrazado al madero uno encuentra la verdad en las palabras. Es como si una brisa creciera en vientos hasta lograr la fuerza de los huracanes.Era mi deseo decir el poema de Calvetti en la apertura del disco como quien invoca al canto pero, razones de tiempo, hacen que lo deba.

Carlos Di Fulvio



CARLOS DI FULVIO - COPLITAS PARA MI CANTO
(LP vinilo estéreo editado en 1975, Microfón SE-605)

01. Coplitas para mi canto (chacarera) - Carlos Di Fulvio - 2’23
02. Coquena, protector de los rebaños (huaino)* - Carlos Di Fulvio - 3’30
03. En el país de la zafra (zamba) - Carlos Di Fulvio y Mario R. Ponce - 2’55
04. Tierrita salada (chacarera)* - Carlos Di Fulvio - 2’30
05. Kurruf-taiel (canción) - Carlos Di Fulvio - 2’56
06. Chasque para la costa (vals) - Julio Migno y Orlando Vera Cruz - 3’17
07. Parado sobre la pampa (aire sureño)* - Carlos Di Fulvio - 3’22
08. La descansada (chacarera) - Carlos Di Fulvio y Mario R. Ponce - 2’22
09. Zambita del Alto Verde (zamba)* - Atahualpa Yupanqui - 3’27
10. Leyenda del palmar (canción) - Osiris Rodríguez Castillos - 2’45

* Solo de guitarra; el resto, canto y guitarra

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