LO MAXIMO EN MUSICA ANTAÑONA - Vol. 19
Todos los ritmos y las emociones del alma suramericana dicen "presente" en esta nueva entrega de LO MAXIMO EN MUSICA ANTAÑONA, una serie ya clásica, institucional, en el panorama de la discografía colombiana, porque con ella se han rescatado, han podido oírse otra vez importantes producciones de treinta, cuarenta, cincuenta años atrás, empolvadas en viejas estanterías de emisoras y buhardillas de casas solariegas y que muchas gentes querían oír para efecto de comparaciones, estudios, apreciaciones documentales y, desde luego, gratas sensaciones de nostalgia. Hemos hecho todo lo posible por derrotar defectos técnicos, precariedades de sonido, ruidos molestos de superficie, inevitables en tan antiquísima matrices. Y hasta donde sabemos supera mucho la presente a las anteriores entregas que nos ha encomendado el sello Preludio y de las cuales tenemos que acreditar, agradecidos la importante colaboración de Guillermo León Hernández, Gustavo Escobar Vélez, Camilo Alvarez, Jorge Páez, Carlos E. Serna, en Colombia y en el exterior Horacio Parisi, Ricardo Jorge Suárez, Héctor Pablo Gastélum Martínez, Rodolfo Ramírez, Marcos González en Perú, Chile, California y Costa Rica.
Más que discos -que la discoteca de Hernán Restrepo Duque tiene para dar y convidar- ellos nos han suministrado consejos para la selección, observaciones importantes, datos autorales y de acompañamiento, fechas -muy importantes las fechas-, y cuando casi ajustamos la veintena es de rigor una mención humilde pero sincerísima.
De aquella romántica y casi misteriosa -porque no quedaron cronistas que insistieran en ella y en su personajes- bohemia, que se fragua en los bares latinos de una Nueva York asustada ante la inminencia de un bombardeo alemán, Luis Valente -argentino?, mexicano?, colombiano?- y Alejandro Giraldo, éste sí costeñísimo, de Montería ofrecen un bambuco muy curioso. Curioso porque casi nadie sabe que la letra lo escribió nada menos que Eduardo Salcedo Ospina, el gran poeta bugueño de " Esfinges" y "Bejucos" que además ocultaba su identidad con el remoquete com que firmó esos versos: "Rodó y Leb". Y la música otro de los grandes maestros de nuestro criollismo, Gabriel Escobar Casas, por aquel entonces residente también en la metrópoli de los rascacielos.
Por esas mismas calendas, en estudios humildes de un pueblito llamado Medellín -sí, Rafael Hernández tenía razón, éramos un pueblito grande- dos de los retos que estelarizaban programas en la incipiente radiodifusión paisa, hacían los primeros registros fonográficos que aquí se ensayaban. Ospina y Martínez, los inolvidables "Cantores del Aire" a quien escuchamos una poesía necrofílica atribuida a un bardo payanés, y Los Payadores, unos antioqueños que hablaban y cantaban con acento argentino y entusiasmaban hasta el delirio con los repertorios de Magaldi, Gardel y Gómez. Con ellos alternarían poco después Agustín Ospina y Rubén Peláez que llegaban de tierras caldenses -pues Pereira era entonces Caldas-e imponían un estilo íntimo, confidencial, de pura raigambre montañera. Los tres discos que nos rescatan sus voces pertenecen a esa estirpe rara que produce infarto en los coleccionistas.
Esos mismos que hoy nos apoyan y han terminado convenciéndose de que es mejor que una o dos exclusividades muy dudosas, una amplia gama de cosas lindas que nunca antes pudieron hallar. "Cariño" tiene la particularidad de ofrecer un ritmo de bolero criollo, sin tambores ni maracas, pura guitarra.
De Lima y gracias a Horacio Parisi y sus colaboradores de la Asociación Discómana del Perú, de esa Lima encantada en sus callejas coloniales que evoca la carátula de este disco y en donde encontramos valiosos amigos y colaboradores vienen algunos de los grupos que iniciaron el movimiento cancionero de la ciudad en los últimos lustros y lo impusieron internacionalmente. González y Campos, integrantes de un dueto legendario. Motrou y Abril. David un peruano que terminó sus días en Chile y Jorge Abril el mismo de aquellos históricos tangos con Porfirio Díaz, quien los acompaña con su piano. Y Jael Bejarano, otra figura para la historia del valsecito criollo. Chile está representado por el celebérrimo Víctor M. Acosta y por la deliciosa Carmen Carol, convertida hoy en una guapa abuela, después de más de 30 años de haberse ido de los escenarios, y quien se asombra de que en Colombia sigan queriéndola y escuchándola tanto.
De Buenos Aires nos trajimos uno de los conjuntos más característicos de los años cincuenta: el de Palacio - Riverol y Cabral, y con ellos una interesante versión de ese pazillazo de Julio Flores que Gardel - nada menos - introdujo otras aprenderlo, parece, a Wills y Escobar, en una noche de vinachos y canciones. De Argentina es también Agustín Cornejo, compañero de Gardel en la radio y el cine norteamericanos, a quien los nuestros admiran a rabiar por ese dejo cuyano que nos transporta a escondidas veredas y sabrosas fonditas. Ecuador nos deja escuchar su voz a través de las muy cotizadas y queridas de Briceño y Añez, en un viejo pasillo que haya mismo olvidaron y que es todo un ejemplo de bien decir un canto, mientras que Lydia Mendoza, mexicana, de la frontera, pocha ayer y chicana hoy, pone de ese tierno acento pueblerino que colmo los ayeres colombianos, en una grabación que pertenece a su primera época de principios de la década de los 30, cuando aún cantaba con su familia: su padre y sus hermanas, en el que fue el célebre conjunto Casablanca (gracias Héctor Pablo...!)
Queremos hacer especial énfasis en " Mis Aguinaldos", aire colombiano del pastuso Manuel J. Zambrano por el dueto de Jorge Escudero y Plasencia, otro de los que protagonizaron los años de oro del disco y transmitieron amores y romances de las gentes de acá para todo el continente.
El recuerdo de nuevo haciéndose canción simple, de tiempos antañones, en trenes y en caminos de polvo y de locuras infantiles.
Hernán Restrepo Duque
LO MAXIMO EN MUSICA ANTAÑONA - Vol. 19
Preludio
Medellín - Colombia
1985
01. Valente y Giraldo - TU ELOGIO - Edy Salospi, Gabriel Escobar C.
02. Lydia Mendoza y familia - AQUELLAS CARICIAS - D. P.
03. Los Trovadores del Perú (Javier González, Osvaldo Ocampos) - ASI ERA ELLA - Manuel Raygada
04. Ospina y Peláez - CARIÑO - D. P.
05. Los Payadores (Alfonso, Guillermo, Joaquín) - OTRO DISCO CANTINERO - Hermanos López
06. Dúo Motrou, Abril con Porfirio Díaz - EL PRESIDIARIO - D. P.
07. Víctor M. Acosta, cantan Acosta-Arenas - PALABRAS DE AMOR - Olmedo Alvarez
08. Jael Bejarano con la orquesta de Porfirio Díaz - TUS OJITOS - Jael Bejarano
09. Alcides Briceño y Jorge Añez - PRESENTIMIENTO - D. P.
10. Ospina y Martínez - EL ESTUDIANTE - D. P.
11. Trío Palacio-Riverol-Cabral - MIS FLORES NEGRAS - Julio Flórez
12. Escudero y Plasencia - MIS AGUINALDOS - Manuel J. Zambrano
13. Carmen Carol y la orquesta de Luis Velosov - EL VALS DE LA ILUSION - Natalio Sedini
14. Agustín Cornejo con sus guitarristas - ALMA SANJUANINA - Agustín Cornejo
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Aporte de Maximino Toñánez enviado por cesar Fabio Tabares Hernández
miércoles, 13 de diciembre de 2017
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