jueves, 15 de diciembre de 2016

Los Huanca-Huá - VOLUMEN Nº 2


Los Huanca-Huá - VOLUMEN Nº 2

El ámbito de la música popular aparece desde antiguo dividido en dos campos: el de los que creen en la urgente necesidad de su remozamiento a todo trance (su "estilización", como ellos dicen) y el de quienes fincan la capacidad de aquella para perdurar en el mantenimiento más estricto de las tradiciones. Bien que la determinación de la validez de esas tradiciones, entre las cuales abundan las espúreasen grado muy superior a cuanto se supone no sea tampoco tarea sencilla, esta última es por cierto la postura más fácil. Y, por ende, la que ceunta con mayor cantidad de partidarios.
Es muy posible que, conforme suele ocurrir en otros terrenos del arte, exista también una posible "tercera posición", más fecunda que las anteriores y ubicada por cierto a medio camino entre ambas. Para poder seguir con autoridad y un mínimo coeficiente de error esa tercera dirección intermedia será preciso, como condición previa, dominar la tácnica, que en este caso se traducirá por el dominio del lenguaje musical propio de la música "tradicional" y el conocimiento más profundo posible de su historia. Cualquier arquitecto puede aspirar -por lo menos- a ser algún día un Le Corbusier, tan pronto como haya llegado a dominar realmente la técnica tradicional de su arte, el conocimiento de los estilos a través de la historia general del arte y de las leyes racionales y funcionales que presidieron y movimentaron su evolución.
Aunque así, a primera vista, esto parezca un ejemplo traído de los cabellos, no lo será tanto en cuanto localicemos el singular paralelismo existente entre el arte de crear música y el de elevar construcciones. Un experto de la autoridad de Liszt estaba hace ya un siglo convencido de ello cuando afirmaba que la arquitectura era la música congelada.
Admitamos, por lo tanto, que el folklore, a despecho del estatismo que pareciera sugerir la acepción más común del vocablo "tradicional" que a él se aplica es -arte al fin- una materia en constante evolución. Por si no bastara lo antedicho, añadamos una pregunta ¿cuántas variantes han llegado a ubicar los musicógrafos de cada uno de los temas que constituyen la esencia de nuestro "acervo tradicional"? Y esta otra ¿estamos plenamente convencidos de que esa variante "x" generalmente aceptada como la "melodía tipo" es la que en verdad la representa en su más pristina forma? Como ahora se dice, es ésta una materia fluida si las hay.
Ese grupo de jóvenes que, además de cumplir las condiciones arriba expresadas, adopta la sugestiva denominaciónde Huanca-Huá ("Hijos de la Música") al organizarse en conjunto dispuesto a cultivar nuestro folklore en plan de remozamiento, conquistó inmediatamente nuestras simpatías al término de las comprobaciones que hubimos de realizar escuchando su primer disco. Según pudimos comprobarlo luego, habían emprendido conscientemente el camino más arduo y difícil. Mas no era la suya una audacia ilimitada que pudiera llevarlos hasta cometer un pecado de lesa estilo. Un buen gusto (cultivado o intuitivo, no está en nuestra mano discernirlo) en cierto modo infalible, detenía su impulso impulso renovador en el punto mismo en que la audacia pudiera tornarse peligrosa para el clasicismo del producto. Su respetuosa interpretación de "El Huajchito" incluida en ese primer disco de larga duración - página que por su forma y su caracter no consiente mayores manipuleos- constituye un ejemplo bien demostrativo de esa artística intuición de los Huanca-Huá.
Bienvenida esa conducta que ha incorporado a un repertorio del que a la fecha se tiende a abusar con autoridad a menudo discutible, una cualidad nueva y grata, que torna más placentero el acto de escucharlo y que con frecuencia nos hace sonreir encantados ante un hallazgo de primerísima agua, uno de esos aciertos que encajan perfectamente en el concepto de "buena música".
¿Es que alguien duda a la fecha de la condición de buena música de ésta que nos brindan regularmente los Huanca-Huá?..
JUAN MANUEL PUENTE

Queridos muchachos:
Reciencito acabo de escuchar en mi tocadiscos algunas grabaciones realizadas por ustedes en el sello Odeón "Pops" y antes de que las resonancias de esas magníficas interpretaciones vayan aquietándose en mi espíritu quiero decirles dos palabras.
Ustedes son los Huanca-Huá, los Hijos de la Música. Después de escuchar esos gatos y esas chacareras que ustedes cantan, no tengo ninguna duda que son además los "hijos de la música de Santiago del Estero" por excelencia; y hasta diría que están embrujados por alguna "Salamanca santiagueña"
Todo esto sale de esas interpretaciones llenas de sabor y colorido; de esos contracantos y contraritmos !tan de nuestros músicos paisanos! y por último, por no abundar en detalles, de esos arreglos vocales y del afiatamiento del conjunto, ambas cosas logradas plenamente.Queridos "Huanca-Huá": !A no aflojar! y !Siempre adelante!
Con mis felicitaciones les mando cinco fuertes abrazos.
Buenos Aires, agosto de 1962
ADOLFO ABALOS


Los Huanca Huá
VOLUMEN Nº 2
Odeón LDI-5171962
(Hernán Figueroa Reyes, Guillermo Urien, "Coco" del Franco Terrero, Pedro y "Chango" Farías Gómez)
(Arreglos de "Chango" Farías Gómez)
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01. GATO DE MI MAMA-gato
02. EL CUANDO (1a. parte)-danza tradicional
03. LA OLVIDADA-chacarera
04. PAISAJE DE CATAMARCA-zamba
05. EL PAJARILLO-cueca popular norteña
06. TE'I DE QUERER-vidala
07. TONADA DE LA ROSA-tonada
08. DE MIS PAGOS-chacarera
09. ZAMBA DE CUNA-canción (con motivo de zamba)
10. MALAMBO SANTIAGUEÑO-danza
11. ZAMBA DE MI PAGO-zamba
12. NARANJALES-carnavalito
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